31º Como si no fuera suficiente esta interminable montaña rusa emocional en que se ha convertido el confinamiento, retoma el archivador entre sorbo y sorbo del vodka pomelo... Da igual las vacaciones que ha tomado pues no tiene ni necesidá o intención de teletrabajar si todo sigue igual en este país, con más o menos gente en la calle según las estrategias del Desgobierno. Más aún cuando el enano de los tics habla todos los días desde el Palacio de La Moneda sin decir nada (que ser más insufrible) y el Ministro de Salud pareciera terminar cada una de sus frases diarias de burócrata de la muerte con una cita a Coehlo o un suspiro por José Carlos, su joven amante que lo sacó del closet... Ayyyy qué rotería más grande TODO!!! Bueno ¿que ofrece Latour ahora?... Una imagen de pesadilla. En alta mar un velero zozobra peligrosamente ante el surgimiento de cuatro gigantescos monstruos negros de cabezas redondas y ojos como platos que miran al minúsculo barco. Son espíritus japoneses del mar, que según la tradición son monjes que han muerto ahogados y que hunden en las profundidades a quien se cruce en su camino. Estos monstruos son muy parecidos a los modernísimos dibujos y animaciones extraordinarias de su amigo “nuyorker” Motomichi Nakamura... le escribirá para preguntarle lo obvio: sobre la vinculación de su trabajo con la fantasmagoría japonesa. Polly esta a 122 km de su refugio en Tunquén, bastante lejos del mar. Extraña el horizonte, los días soleados y esta esa agua fría de la corriente de humboldt, pero se siente ahogada en Santiago como si estuviera en medio de las olas de ese mar monstruoso. Recuerda esa historia sobre Diághilev, el fundador de los Ballets Rusos, a quien un adivino le dijo que moriría ahogado por lo que evitaba viajar en barco, pero murió en el Hotel Lido de Venecia sobre las aguas del lago... que chic y dandy! Y ella está en este hoyo negro que es Santiasco.
Continuará...
(Umi Bozu, Shigeru Mizuki - 1985)