22º Ok, asume que está deprimida y que se siente pésimo. Se cubre con una manta de mohair gris que está sobre el diván “Barcelona” de Mies y pone una playlist completa de baladas italianas, de esas que escuchaba la María cuando hacía el aseo o cocinaba en casa de sus padres. Nicola Di Bari, Mina, Ricchi e Poveri, Matia Bazar, Umberto Tozzi, Gianni Vela, Nada, Cocciante, Franco Simone (mijito reco) etc, hasta Eros Rana-zzotti pero jamás a la Pausini que la odia por cursi. Después de la hemorragia italiana, con llanto y risa que parece meditación de Osho (sí, Polly también tuvo sus años sannyasin como cualquier persona decente), está más aliviada y va a buscar el archivador Latour para seguir con sus observaciones y apuntes. Ya es de noche, pero ¿a quién le importa que hora y día sean en este confinamiento mortal?... sigue con el orden de las imágenes y se encuentra con una foto mítica que adora. Es Bianca Jagger en 1977, entrando sobre un caballo blanco vestida con un Halston rojo al Studio 54 de NYC para celebrar su cumpleaños. Que mujer latina más hermosa y “jetsetera”, Carolina Herrera es una vieja aburrida al lado de esta hembra nicaragüense. Recuerda como Latour le contaba extasiado sus noches en S54 donde todo era posible: desde entrar con Truman, bailar con Disco Sally o Bette Davis, agarrar con Bianca y Mike, snifar unas líneas kilométricas de coca con Yves Saint-Laurent y Grace Jones o salir del brazo de un desconocido rumbo al Meatpacking de este antro chic donde: «El camino del exceso conduce al palacio de la sabiduría»... ahhh, que ganas de haberse perdido en esas noches de Manhattan, cuando era una ciudad peligrosa y no la ciudad gentrificada y aséptica de los megáricos que es ahora. Recuerda que conoció a Bianca en Chile cuando se había convertido en activista política y vino como veedora del Plebiscito del 88. La gente celebraba el triunfo del No y ella pasó a la Pérgola del Mulato Gil donde se encontró con Kittin que estaba paseando a Bianca, quien sexy y dura como gata de yeso hablaba y hablaba de política, Kittin reía y Polly solo las miraba mientras se tomaban un café express.
Continuará…
(Bianca Jagger at Studio54, Rolling Stone - 1977)
