20º La carcajada de Polly se convierte en esa incómoda tos alérgica. Molesta, toma unos antihistamínicos que están en el mesón de su cocina americana; saca del refrigerador un vaso helado, lo llena con dos medidas de vodka y jugo de naranja que se antojó al ver la ridícula foto del naranjal de La Moneda. Con esta mezcla queda "very estúpida", le encanta esa sensación de pérdida de control, además, que no huevea a nadie estando sola y recuerda que cuando chica se encerraban en el baño de los tíos con su querida amiga Camila B. a jalar pisco, quedando borrachas y tiradas en la tina del baño al instante... cosas de juventud. Se va al dormitorio sacándose los zapatos y dejándolos en el camino y llevando a la rastra su cartera y human body... se siente a-go-ta-da. La pollera verde queda en el piso y ella se tira sobre su cama zambulléndose en el edredón de oca. Debería darse una ducha, ponerse algo más cómodo pues recién son las 17:00hrs y empezar a trabajar en sus textos, pero no, quiere estar "echá" con su vodka naranja viendo los memes alienígenas de la First Lady, que ya son un clásico de la tontera nacional… que gente más bruta. Se pone entre las piernas el archivador rojo lo abre y ve una foto que la lleva a un verano de su adolescencia de mediados los setenta cuando fue con el Tití, la Juana y J.P a un rotativo en Viña del Mar, donde vieron una película con Sean Connery y Charlotte Rampling que le fascinó. Una cabeza gigante de piedra que vuela por los cielos vomita armas de fuego a los hombres brutales que la adoran. Es “Zardoz” una distopía con estética psicodélica sobre un mundo post-apocalíptico dividido entre miserables mortales e inmortales (la típica lucha de clases) que están hastiados de una vida de placeres y privilegios. Polly recuerda cómo le impactó la escena cuando los guerreros penetran el domo de los inmortales infectándolos y arrasándolos, mientras estos les rogaban que los mataran y morían felices con los brazos abiertos dando las gracias en tanto los acribillaban. En ese momento Polly se dio cuenta que la vida es francamente un desagrado y que Amebus está mejor que ella.
Continuará…
(Zardoz, John-Boorman - 1974)
