19º La señorita Johnson llega en pocos minutos a su piso de Av. Pedro de Valdivia con Mar del Plata. Hace muchos años dejó la casa de Vitacura de sus padres y se instaló en uno de los edificios más lindos y antiguos de Providencia, que es un poco farandulero, pues ahí ha vivido temporalmente cuanto artistilla y actorcillo famoso de moda se te ocurra. Recuerda particularmente a dos que iban de galanes de TV con un desfile de chiquillas esperando entrar al edificio, al punto que la administración les tuvo que poner un “parelé” a tanto desenfreno prostibulario. Lo gracioso es que los dos actores eran pareja y las groupies solo pantalla. Tan hipócrita es este país. Su depto es amplio, luminoso. No tiene animales, se niega a ser una vieja solterona con gatos y les gustan los perros grandes pero aquí no; solo tiene plantas a las que cuida pero no les habla, nunca tan loca. Tiene al lado de una gran biblioteca empotrada atiborrada de libros un Juan Gris, un Chagall y un Miró que le dejó su Daddy. La decoración es bastante austera y contemporánea. Se nota que es una mujer de vida práctica y buen gusto. Tiene más fotografías que pinturas en sus paredes, destacándose un Sergio Larraín al lado de un Mapplethorpe, una Graciela Iturbide junto a Paz Errázuriz, aunque está tan de moda que ya parece Pacheco Altamirano, por lo que piensa exiliarla al sótano y poner un Cravo Neto. Se saca su abrigo rosa y la chaqueta verde imitación Chanel, los que deja sobre la mesa pero al hacerlo su cartera cae al suelo y el archivador se abre mostrando una fotografía que le saca una enorme carcajada. Es una naranja colgada con un alambre ordinario a un naranjo en el Patio de los Naranjos. Una de las tantas fotos de la instalación que hicieron en el Palacio de La Moneda para una recepción random... es que Tatán no tiene vuelta. Con razón los Larraín Echenique reniegan de su parentesco. Aunque esta imagen del Chile de cartón-piedra que también evidencia el simulacro ordinario de “République” en que vivimos, fue idea de Cecilita... las Morel no salvan a nadie, siempre han sido un horror de mal gusto... jajaja.
Continuará…
(Palacio de la Moneda, La Tercera - 2018)
