17° Polly se pone su abrigo color palo rosa que combina con sus zapatos de taco bajo y su enorme cartera de la que se asoma el archivador rojo de Latour. Sale de la Biblioteca Nacional, con mascarilla y guantes de látex puestos, por calle Moneda para dirigirse a los estacionamientos que están a tres cuadras. No hay gente en la ciudad, bueno es una exageración pues hay personas pero muy pocas y son tan insignificantes que dan lo mismo. Por curiosidad cambia de rumbo hacia Alameda. Todo es tan extraño, pues todo se ve estático a pesar que pasa locomoción colectiva con uno que otro pelagatos dentro, carros particulares, peatones varios que parecen inmigrantes y militares que patrullan la calle; cosa que le trae recuerdos de cuando era niña y no entendía lo que pasaba en el país cuando de un día para otro la mitad de su familia se fue de Chile, había un toque de queda permanente y ni el Daddy y la mamá podían salir de casa. Ella escuchaba conversaciones que no entendía y veía a sus padres tristes hablando de amigos que ya no estaban… se estremece, más aun, cuando meses atrás ella participó feliz en las marchas de octubre e hizo la performance feminista de estas chiquillas “Las Tesis”, junto con las lechuzas de la biblioteca y algunas de sus amigas que fueron a la Marcha del Millón. Tose convulsivamente. Decide dar una vuelta por el centro antes de ir a recoger su automóvil y el panorama es desolador. Todo se ve más triste que solitario, con gente haciendo colas en instituciones financieras, otras caminan sin rumbo con cara angustiada, la policía en las esquinas y camiones de militares que pasan… le resulta una mezcla de malos recuerdos y una película de zombies clase Z. Llega al estacionamiento, se sube al automóvil, se queda apesadumbrada unos instantes frente al volante y sale del edificio de parking por Merced hacia Plaza Dignidad, rumbo a su departamento en Providencia. Conecta su celular y pone a Bryan Ferry que canta:
“You've got to know /How the strong get weak / And the rich get poor / Slave to love /oh, slave to love....”.
Una lágrima recorre su mejilla. Santiago siempre ha sido una mierda pero ahora es insufrible.
Continuará…
(Foto y autor anónimos)
