50º ¡AVE MARÍA PURÍSIMA, SIN PECADO CONCEBIDA! Rosa se persigna horrorizada ante la cara de desquiciada de Polly y busca si hay más señas de posesión diabólica, pues la niña está con la misma cara de Linda Blair en “El Exorcista” diciendo cochinadas y vomitando hasta el alma, pero no, lo que hay son botellas vacías por todos lados. Siempre ha sabido que a la Policita le gusta empinar el codo pero nunca tanto. La niña se ha quedado dormida y habla puras incongruencias, mientras tanto la Rosa sigue ordenando y encuentra en el velador los juguetes sexuales junto a dos libros pornográficos de color rosado: “Los 120 Días en Sodoma” y “La Historia de O”… ¡Que horror! Mientras hojea los libros suena el citófono, mira la pantalla y es el Dr. Waissblutt con dos enfermeros que parecen astronautas. El médico previendo el diagnóstico llegó con ambulancia para llevarse a Polly a la clínica. Entra, saluda a Rosa con su voz de pito (que suena más aguda tras la mascarilla) y le hace un gesto con la manito para que se corra y lo deje usar un termómetro infrarrojo. “40.2º Rosa, que bueno que me llamó... esta neñeta está peeeseemooo, hay que internarla yaaa para saber lo que tiene, me temo lo pior. Pero cómo diría Coehlo: ‘El secreto de la vida, es caer siete veces y levantarse otsho’... ‘tará de Dió si sobrevive fijesee... José Carlos, Pedrito vengan y llévense a esta neñeta a la Cliniccc” dice el viejo maricueca. Mientras ponen a Polly en la camilla, ella empieza a murmurar cosas, Rosa y el Doctor se acercan y la escuchan decir: “…los labios, los labios gigantes, la boca vertical me absorbe, siento que me come”. Waissbluth pone cara de asco y sale del departamento con la enferma y enfermeros. La Rosa se tira en el sofá y llama a la Tití, para contarle lo que ha ocurrido con su prima. Luego se va a ordenar el dormitorio y desconecta el notebook. Toma una bolsa hermética y con sus guantes recoge los juguetes, los libros porno y ese sucio archivador rojo lleno de depravaciones, ve la última página que muestra a un ser tragado por una cosa peluda y se estremece. Cierra la bolsa y la olvida en el rincón más oscuro del closet.
Fin.
(Fotograma del videoclip Lullaby - The Cure, 1989)
